- "Hola, hablo con un periodista?
- Así es.
- Soy madre de un alumno de la Escuela Salustiano Zavalía, del Barrio Echeverría, y queremos que LA GACETA nos escuche. Aquí en el barrio hay una guerra campal, porque el concejal Juan Carlos Mamaní quiere desalojar a los alumnos y docentes de la escuela. Dice que en lugar de la escuela, en el predio funcionará un centro vecinal.
- ¿Está segura señora de lo que está diciendo?
- "Absolutamente, los padres vamos a tomar la escuela si alguien se atreve a quitarnos el edificio donde se educan nuestros hijos; otro político ya hizo hizo lo mismo con el club social", amenazó la voz detrás del teléfono. La persona pidió que no se revelara su nombre para evitar problemas a sus hijos en la escuela.
La puja política entre los acoples oficialistas no sólo se dirime en las sedes partidarias ni en las pintadas callejeras ni terminan solamente en en la Casa de Gobierno. Ahora, la histeria electoral se coló en las aulas sin pedir permiso, y ha desatado una ola de temores y desconfianza en el oeste de la capital.
"La semana pasada corrió la versión de un inminente desalojo de la escuela y su traslado a otro lugar; los padres se autoconvocaron y coparon el establecimiento. Decían que algún político amenazaba con ello. Hubo reuniones hasta con la supervisora de la zona, y se trató de calmar a los padres, porque no hay nada oficial que indique ningún traslado ni desalojo", explicó preocupada la vicedirectora del establecimiento, Victoria Gamboa. Sin embargo, la directiva recordó que el jueves convocaron a un abrazo simbólico a la escuela. En esa manifestación, dijo, sacaron a los chicos a la calle. "Yo les pido a los padres que dejen la política fuera de la escuela, y se preocupen por ayudar a sus hijos con los aprendizajes. No se puede usar a los niños en cuestiones electoralistas", manifestó la docente.
Con clima tenso
"Se está viviendo un clima bastante tenso en el establecimiento y en todo el barrio Echeverría, y hasta la conducta de los chicos ha cambiado", se quejó la directiva.
La escuela es un capital simbólico en el barrio: siendo la más antigua, asiste a unos 650 niños de los alrededores, mañana y tarde, y por la noche, abre sus puertas a la Nocturna Juan Martí. Funciona hace 40 años en el pasaje Monserrat al 2.700, entre Sargento Cabral y Necochea, en un predio donado por la familia Salomón.
"Esa donación asegura su existencia, porque si no hay escuela, el terreno vuelve a la familia donante", cuentan los docentes más antiguos del establecimiento, convertido en estos últimos días en un bastión que se dirimen tres de los dirigentes más representativos del barrio: Juan Carlos Mamaní, Carlos "Alito" Assán y Ramón "Cacho" Cano, según rezan las pintadas que cubren cordones y paredes de esa barriada capitalina.
El color verde que cubre toda la esquina donde funciona el Club Social, corresponde a un dirigente de Assán; el candidato a concejal Ernesto Nagle; el celeste o azul identifica a Mamaní, y con letras en negro sobre fondo blanco, a Cano, los tres contendientes - rivales entre sí- de la interna entre los acoples del oficialismo.
"La gente está muy politizada, y quizás haya grupos que respondan a cada uno de los dirigentes. Actúan a la defensiva. Como los jardines de infantes fueron trasladados a una escuela exclusiva para el Nivel Inicial, creen que transferirán la primaria también", dijo la vicedirectora, quien pidió prudencia a los padres para no perjudicar el orden escolar.
Niega todo
"No tengo facultades y, si las tuviera, no podría nunca desalojar una escuela; tengo 16 años en la función pública y siempre respeté la educación pública y sus instituciones", retrucó el edil Mamaní, quien busca llegar a la Cámara.
En una charla con LA GACETA respecto de la guerra sin cuartel que mantienen los distintos acoples en el Barrio Echeverría, Mamaní aclaró que los rumores que se echaron a correr en el barrio sobre que él trasladaría la escuela Salustiano Zavalía a otro edificio son malintencionados. "Responde a versiones de otros grupos que quieren perjudicarme", dijo. Reconoció que el barrio está "muy politizado" por los dirigentes que están en campaña, y no descartó que muchos padres que mandan a sus hijos a la escuela y que han tomado partido por uno u otro sector, introdujeron la política a las aulas.
"Yo no uso paredes de escuelas ni de clubes, como sí lo hacen los otros candidatos para hacer pintadas; respeto y reivindico la escuela como motor de una comunidad, no podría nunca usarla a mi provecho; en esa escuela asiste mi nieto, nunca podría hacer algo que perjudique al barrio", aclaró molesto por las versiones.
Explicó que, debido a que su nombre es usado para que la gente esté en su contra, se reunió con la supervisora y la directora de la escuela para explicar la situación. "Si hace falta, enviaré cartas documento; las versiones no son más que política barata, y me perjudican", indicó. Sostuvo que a diferencia de "Alito" Assán y de "Cacho" Cano, que usan los colores verde y letras negras, respectivamente, para hacer pintadas, su color de campaña (azul y celeste) no es usado en las paredes de ningún edificio público.
Maniobras electoralistas
"Es mentira. Al haber una donación con cargo, mientras allí funcione una escuela no se puede producir ninguna modificación. Todo lo que haya dando vueltas son sólamente rumores", aclaró el edil Cano, presidente del Concejo Deliberante de la capital.
El justicialista negó que pueda producirse un desalojo del establecimiento, e insistió en que se tratan de maniobras electoralistas.